lunes, 26 de mayo de 2014

Breve apunte sobre Diane Arbus

Sin duda alguna, podríamos haber introducido la historia de la fotógrafa estadounidense Diane Arbus en varias secciones de este fanzine. De hecho, su figura se instala en la contrahistoria secreta del arte contemporáneo del siglo XX; y eso a pesar de que su prestigio no haya parado de crecer en los últimos años. 

Diane Arbus empezó su carrera con apenas veinte años. De la mano de su marido, Allan Arbus (de quien tomó su apellido), se inició en la fotografía de moda; una especialización que muy pronto le decepcionó, obligándole a buscar otro tipo de referentes más acordes a su inabarcable curiosidad. En ese sentido, los cursos recibidos de parte de la fotógrafa austriaca Lisette Model y la separación de su marido, le hicieron principiar un camino en solitario marcado por su interés por aquellos sectores de la sociedad menos normalizados. Por eso mismo, Diane se especializó en la realización de retratos de enanos, pacientes mentales, transexuales, gemelos, lisiados o prostitutas, cuyas historias ―cargadas de humanismo― pretendió visibilizar en una sociedad, la norteamericana, en la que, ya a mediados de la década de los 50, el consumo de masas y la publicidad visual empezaban a conformar una identidad colectiva de carácter radicalmente excluyente. 

No obstante, y a pesar de lo arriesgado de su apuesta, el trabajo de Diane Arbus fue reconocido desde bien temprano, llegando a exponer en la Bienal de Venecia o en las salas del MoMA de Nueva York. Un prestigió que, por otro lado, le permitió fotografiar a iconos de la cultura de la época como Norman Mailer, Mae West o Jorge Luis Borges. Desgraciadamente, la fulgurante carrera de Diane Arbus se cortó de raíz a los cuarenta y ocho años debido a su suicidio. Durante meses había padecido una severa depresión de la que no pudo salir. 

- En la sección Pinceles y objetivos del número 5/10 del fanzine COTARRO.

lunes, 19 de mayo de 2014

Presentación en Jaén de la revista CONTRAHISTORIA


En más de una ocasión hemos hablado en este blog de la revista CONTRAHISTORIA. Pues bien, el próximo viernes, a las 21:00, la CNT de Jaén ha organizado una presentación del proyecto y del último número de dicha revista en su local, ubicado en el número 3 de la calle Los Ángeles, junto a la Escuela de Artes y Oficios. 

Sin duda alguna, una convocatoria más que interesante que desde aquí os animamos a que no os perdáis.

sábado, 3 de mayo de 2014

Johann Trollman, "Rukeli": un bokeador gitano contra los nazis



La historia de Johann Trollman, apodado Rukeli, el boxeador gitano que se enfrentó a los nazis, es una historia épica, aunque también muy trágica.

Rukeli se consolidó como boxeador a finales de la década de los 20. Su estilo se caracterizaba por un veloz juego de piernas y una extraordinaria facilidad para esquivar golpes. Fue precisamente su gran movilidad la que le hizo tomar ventaja en muchos de sus combates.

La carrera profesional de Rukeli fue progresando poco a poco. Por otro lado, al prestigio adquirido como boxeador técnico y escurridizo, se le fue sumando un carisma personal que, por ejemplo, ocasionaba que al final de sus combates se agolparan decenas de seguidores y seguidoras tan solo para verle un poco más cerca.

Su momento estelar llegó en 1933, ya con los nazis en el poder, cuando combatió con Adolf Witt, un pegador racialmente impecable, por el título de los semipesados. Rukeli, que utilizó su agilidad y baile de piernas para marear a Witt, ganó a los puntos al sexto asalto, llorando de felicidad en el ring. Pero, una semana después, los jueces nazis le retiraron el título por “pobre comportamiento” (llorar) y “mal boxeo” (ser rápido), una decisión que enmascaraba la indignación que sentían al ver a un campeón gitano. La pelea tuvo que repetirse, pero con orden estricta para Rukeli que le impedía bailar en el ring. La pelea se celebró, pero Rukeli se presentó con el pelo teñido de rubio y el cuerpo cubierto de harina para blanquear su piel. Además, el boxeador gitano se situó en el centro del cuadrilátero, abrió las piernas y se quedó parado, para que su rival, favorecido de antemano por los jueces nazis, pudiera noquearlo fácilmente, acabando así con un enfrentamiento injusto que pasaría a la historia por el terrible gesto de dignidad del boxeador gitano.

Posteriormente, Rukeli, como otros cientos de miles de gitanos de toda Europa, fue internado por los nazis en un campo de concentración. Allí siguió boxeando. De hecho, fue una pelea la causa directa de su muerte, pues fue un kapo (presos que trabajaban para los nazis) quien lo asesinó, apaleándole hasta la muerte después de que el boxeador gitano le hubiera derrotado limpiamente. Rukeli murió con los guantes puestos.

En 2003, la Federación Alemana de Boxeo entregó a sus descendientes el cinturón de campeón del peso semipesado que le pertenecía en justicia. En Hamburgo como en Berlín, hay monumentos a su memoria.

- Publicado en el número 2/10 del fanzine COTARRO.
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