jueves, 16 de junio de 2011

Acto homenaje en memoria de la Revolución Social


"Quedan abolidas las más mínimas sombras de la explotación del hombre por el hombre; y como consecuencia de esto, toda clase de arrendamiento, de aparcería o de salario. Esta medida alcanzará a todos los vecinos del pueblo, cualquiera que sea su condición".

Artículo 9 de la Colectividad de Pina del Ebro

El sábado estamos de fiesta, aunque curiosamente sea para recordar. Anarcosindicalistas y anarquistas, hijos del pueblo, presentes en el cementerio de Montjuic para asistir a la inauguración del monumento a los trabajadores muertos en defensa de la Revolución Social, los asesinados por el fascismo hace 75 años. Una fiesta, decimos, y que duda cabe de que lo es para los que después de tanto tiempo honramos la memoria de tantos y tantos hombres y mujeres.

El sábado rendiremos nuestro homenaje a los que nunca perdieron la dignidad. Su memoria nos pertenece y debe estar siempre en la base de nuestra lucha cotidiana. Aquellos hombres cambiaron la faz del mundo. Hicieron posible un sistema social radicalmente igualitario, pero en completa libertad. La palabra anarquía tomó forma y dejó de ser una idea utópica.

Muchos años antes, las vidas de otros tantos justos habían sembrado el camino de la Revolución Social. Pienso, por ejemplo, en los anarquistas andaluces torturados tras las insurrecciones campesinas de Loja, Utrera, Jerez... En aquellos que murieron ajusticiados tras el complot de La mano negra. Y luego en las mujeres que se tiraron a las calles durante la Semana Trágica o en los que murieron bajo las balas de los pistoleros de la patronal. Imagino las miles de historias que se esconden detrás de la represión desatada tras la Revolución de Asturias y, por último, sí, recuerdo a todos aquellos y aquellas mujeres libres que perdieron la vida haciendo realidad la Idea.

El sábado celebramos la memoria de los justos, pero también el presente de los que no se cansan. El presente de los miles de hombres y mujeres que en todo el mundo recogen el testigo de los que lo quisieron todo y lo pagaron caro. Después de tanto tiempo, la CNT homenajea en justicia a los que nunca se fueron. Allí nos veremos.

¡Viva la Revolución Social!
¡Viva el Comunismo Libertario!

martes, 14 de junio de 2011

Contrahistoria, papeles contra el oficialismo y el pensamiento único


También aquí, en la trinchera de la historia, se alegra uno de no saberse solo... Hace poco pude leer una entrevista a un colectivo que realiza una revista llamada Contrahistoria. El subtítulo de la misma es Papeles contra el oficialismo y el pensamiento único. Mi compañero Moli, con quien semanalmente intercambio referencias y recomendaciones, me comentó que iba a intentar conseguir la revista. Hace una semana nos vimos y resulta que apareció con los dos primeros número de Contrahistoria bajo el brazo. El primero de ellos lo acabo de terminar hace un minuto. Moli, mil gracias.

La revista de que os hablo está formada por un colectivo de anónimos historiadores que han levantado un proyecto interesante de cabo a rabo. La propuesta es valiente: hacer historia antagonista, completar los interesados silencios de los grandes relatos generados en las cátedras universitarias (generalmente ocupadas por liberales o neomarxistas) y hacer una publicación de calidad a nivel editorial. Los temas son más que interesantes y el tratamiento ameno, serio y a la vez divulgativo. Qué duda cabe de que ha sido toda una alegría saber de su existencia, leer esta magnífica revista y pensar, una vez más, que no está todo perdido.

Esta es su web: pincha.

lunes, 6 de junio de 2011

El naturismo libertario en la Penísula Ibérica (1890-1939)

El estudio del naturismo libertario es más complejo que el del resto de corrientes, pues, se da tanto en el movimiento anarquista como en el propiamente naturista, por eso es necesario analizar las diferentes perspectivas de relación entre las dos corrientes de pensamiento y, a la vez, hablar de Reclus y de Tolstoi precursores, ambos, de lo que poco después se denomina naturismo libertario. Eliseo Reclus (1830-1905), geógrafo y teórico del anarquismo, es muy influyente en el movimiento ibérico por la rapidez con que son traducidas sus obras, tal como ocurre con su gran estudio de geografía social El Hombre y la Tierra (1905-1908), material didáctico en la Escuela Moderna de Ferrer y Guardia. En el volumen VI de este estudio se encuentran elementos de los cuales se nutre el naturismo libertario, Reclus, vegetariano, defiende, como un gran acontecimiento revolucionario, recuperar el derecho de los antiguos griegos a ir desnudos a la luz del sol, pasando a ser la ropa una cuestión exclusivamente climatológica. Si fuese necesario recomendar una obra del sabio geógrafo, breve, bella y didáctica de la interrelación entre naturaleza y sociedad sería, sin duda, El arroyo (1864).

También es pronto conocido en la Península, el escritor, pedagogo y revolucionario ruso León Tolstoi (1828-1910), promotor de un anarquismo basado en el mensaje social de la palabra de Cristo una vez desprovisto de todo aspecto religioso. Tolstoi, vegetariano y esperantista como Reclus, escribe en su postrer libro Últimas palabras (1909) que vivamos según la ley de Cristo: amandonos los unos a los otros, siendo vegetarianos y trabajando la tierra con nuestras propias manos.

A pesar de que no lo parezca, el naturismo y el anarquismo ibérico tienen los mismos puntos básicos en común: la idea de un orden natural del cual nos aleja el artificialismo, razón de la necesidad de retornar desde el individuo. Sin embargo esto no es motivo para que no se den más interpretaciones, pues, también, por ejemplo, se puede considerar un retorno a la sociedad natural -naturaleza- la insurrección para la instauración del comunismo libertario. Otra visión que no pasa por el naturismo libertario, así como, tampoco, guarda una relación necesariamente directa con él son las prácticas de los primeros anarquistas de la segunda mitad del siglo XIX, motivadas, quizás, por querer dar ejemplo de austeridad y de higiene social al no comer carne o no beber vino ni jugarse el sueldo a las cartas.

-Texto extraído de El naturalismo libertario en la Península Ibérica (189-1939), de Josep María Roselló. Disponible pinchando aquí.
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